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La motivación del evangelista

Segundo, la motivación del evangelista debe ser el amor de Dios por las personas, no nuestro amor por ellas. Nuestro amor pronto se enfriaría ante la indiferencia humana, la dureza de corazón, y hasta la burla. ¡Pero el amor de Dios es un fuego que jamás se enfriara! Como Isaías 52:7 dice,

Primer Congreso Nacional
de Evangelistas

“¡Qué hermosos son, sobre los montes,
los pies del que trae buenas nuevas;
del que proclama la paz,
del que anuncia buenas noticias,
del que proclama la salvación,
del que dice a Sión: Tu Dios reina!”

¿Por cuánto tiempo el Señor ha estado llamando a la Casa de Israel al arrepentimiento, y por cuánto tiempo muchos judíos se han resistido al llamado? Aun así el amor de Dios por los judíos nunca terminará. Como dice Jeremías 31:3, 4: “Hace mucho tiempo se me apareció el SEÑOR y me dijo: “Con amor eterno te he amado; por tanto te prolongué mi misericordia. Aun te edificaré, y serás edificada, oh virgen de Israel….” [Reina Valera, 1960]

¿No es el Evangelio de Jesucristo todavía “primero para el judío y también para el griego”? El plan y los propósitos de Dios para el mundo presente nunca cambiarán. Hasta que Jesús vuelva, nuestro Padre Celestial estará continuamente buscando que tanto judíos como gentiles se arrepientan y se aparten de sus pecados. Sin embargo, si dependiera de la mayoría de nosotros, actuaríamos rápidamente como los discípulos que quisieran que descendiera fuego del cielo sobre aquellos que se atreven a resistir el Evangelio de Jesucristo. ¡Oh, cuan rápido olvidamos lo malo que éramos, antes de que la gracia de Dios transformara nuestras vidas, convirtiéndonos en humildes salvadores de otros!

¿Quién es entonces él que hace los pies del evangelista “hermosos sobre los montes”? Si pensamos que tenemos por nosotros mismos alguna bondad o mérito, ya hemos perdido el punto. Por años, he conservado un dicho de Cotton Mather en el frente de mi Biblia para recordarme de dónde viene cualquier cosa buena: “Pero, ¿qué soy yo? Nada. ¿Quién soy yo? Nadie. Pero la gracia de Cristo me hace lo que soy, lo que vivo, lo que hago.” El mensaje que estamos llamados a llevar no es acerca de tí o de mí, o acerca de lo que pensamos. ¡Pero es acerca del Señor y Su eterno amor por los pecadores!

Hace años, escuche a Billy Graham hablar palabras que me llegaron al corazón, entendí, de porque el Señor ha sido capaz de usar tan poderosamente a este siervo de Dios, una vez un chico criado en el campo. Abiertamente ha declarado que no es su trabajo salvar las almas, ¡pues es el trabajo de Dios! El evangelista Graham afirma que su trabajo ha sido de esconderse detrás de la cruz cuando predica el Evangelio, para que la gente vea a Jesús, no a Billy Graham. Hace años, la Sra. Lowe, que desde mucho tiempo había sido misionera en Colombia, rogó junto a mí y otros jóvenes, que pudiéramos dejar a Dios hacernos “dignos o seguros para bendición,” gente en la que Él pudiera confiar y usar—¡sin que esto se nos fuera a la cabeza!